El
desarrollo del arte y la arquitectura no se puede comprender en su totalidad
sin hablar de Mesopotamia. Esta cultura, pionera en el uso del arco y la bóveda
como elementos arquitectónicos, y muchos otros aspectos que ampliaremos a
continuación, ha resultado ser el punto de partida para entender el desarrollo
de la historia del arte.
El
primer momento clave tiene que ver con la aparición del pueblo sumerio,
fundamental en el proceso de aparición de la escritura y de las primeras
civilizaciones urbanas. A partir de allí, en sus dos periodos históricos, la
llamada “Etapa de Uruk”, comprendida entre los años 3500 y 2800 A.C, y las
Primeras Dinastías o “Dinástico Arcaico”, comprendida entre los años 2800 y
2374 A.C, se desarrollarían el arte y la arquitectura en todo su esplendor, con
los templos y palacios como protagonistas y el ladrillo y el adobe como
materiales escogidos para dichas construcciones, adaptándose así para su construcción a un medio geográfico en el que la piedra y la madera eran bienes escasos.
ETAPA
DE URUK
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Reconstrucción digital del templo de Eridú Fuente: Gómez C., Martínez M.C., Vivas I. (2012), p 264 |
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Reconstrucción digital del templo blanco de Uruk Fuente: aula de historia |
Otro templo de igual importancia para esta cultura: el Templo Blanco de Uruk. En este periodo, los templos se construían sobre una plataforma elevada, lo que les daba una preeminencia social, política y religiosa, al ser el punto de encuentro con los dioses, y el lugar desde el cuál la monarquía ejercía y su poder y control sobre la población.
ETAPA DINÁSTICA ARCAICA
Según las antiguas leyendas sumerias, en cierto momento, los dioses decidieron castigar a la humanidad con un diluvio catastrófico, interrumpiendo así la narrativa histórica de este pueblo. La normalidad solo se restableció cuando la realeza divina descendió nuevamente a la Tierra, restaurando el orden en distintas ciudades de manera sucesiva. Este acontecimiento marcó el inicio de las Primeras Dinastías (2900-2350 a.C.), caracterizadas por la consolidación de una monarquía teocrática y el florecimiento de centros urbanos, como Kish, Uruk, Umma, Ur y Lagash. Cada ciudad estaba gobernada por una dinastía, simbolizando a su vez a un dios, y rápidamente surgieron conflictos por la hegemonía territorial, dando paso a una etapa de inestabilidad política y a una pugna del poder entre ellas.
Así, en esta etapa tomaron relevancia los templos bajos, caracterizados por estar construidos en el centro de las ciudades y rodeados de murallas para su protección.
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Fuente: T8, El Templo sumerio |
Blibliografía:
Gómez C., Martínez M J., Vivas I., (2012), Arte de las grandes civilizaciones antiguas: Egipto y Próximo Oriente, Ramón Areces.
Lara F. (1999) El arte de Mesopotamia, Historia del Arte (3), Historia 16
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